¡Vaya novelón! Michael Henchard un humilde aparvador(trabajo consistente en recoger mediante una tabla de madera la mies tendida en la era(parva) ; para trillarla, o después de trillada, antes de separar el grano*) llega con su mujer y su bebé Elizabeth-Jane cansados de vagar por los caminos a una pequeña aldea donde se está celebrando una feria. La familia decide descansar un poco tomando algo en una de las casetas. Michael alegra su bebida con alcohol, y vaso tras vaso se vuelve más festivo y osado. En el calor del momento a voz en grito dice ¡Vendo a mi mujer por 5 guineas! Entre la pasmosa multitud un marinero sale y puja por ella. Susan, que así se llama la pobre mujer, abandona a su marido para marcharse con este extraño llevándose a su hijita. A la mañana siguiente, Michael abochornado por lo que ha hecho, y no pudiendo encontrar a su familia, jura que no probará el alcohol en 20 años.
Ahora debemos avanzar en el tiempo. Han pasado casi veinte años y un par de mujeres de pobre aspecto se encaminan hacia Casterbridge, buscando a su pariente político el Sr Henchard. ¡Si lo habéis adivinado! Son Susan y Elizabeth-Jane, convertida en toda una mujer, quién tras haberse quedado solas, buscan la ayuda de éste. Las cosas no les han podido ir mejor al antiguo aparvador. Ha conseguido riqueza y fama, siendo nombrado Alcalde de la localidad.
El regreso de su pasado, a pesar de la ignorancia de su hija, trae también otro viajero, Donald Farfrae en su camino hacia el nuevo mundo. El azar quiere que escuche una conversación que le lleva a escribir al Alcalde, para casi al instante convertirse en su administrador. Farfrae se gana inmediatamente la confianza y el aprecio de Henchard, que incluso le relata sus más oscuros secretos; y de su familia. Sin embargo, esta amistad comienza a desquebrajarse; a medida que uno prospera y comienza a ganar dinero, el otro empieza a sufrir algún que otro contratiempo. En medio de todo la hija del Alcalde que siente algo por el atractivo escocés. A todo esto, la bella Lucetta se instala en el pueblo, convirtiéndose en el premio por todos deseado.
¡Y todo esto es sólo el inicio! Magnifica novela en la que el destino tiene un peso fundamental. Todos los actos grandes y pequeños son por algo, están encaminados hacia algo determinado. Podemos intentar luchar pero lo que tenga que pasar pasará: el futuro está escrito. Puede resultarnos sorprendente la cantidad de coincidencias que se producen; hay personas que llegan al lugar y momento justo, otras que presenciaron algo, cartas no suficientemente selladas, tiempo cambiante...Los lectores nos convencemos de la existencia del fátum.
Destino que guarda mucha relación en mi opinión con el "pecado". Todos debemos responder por nuestras malas acciones. El que ha hecho el mal debe ser castigado. También sucede a la inversa, los buenos finalmente serán resarcidos. De ahí que a mi entender la felicidad, sea, como cita uno de los personajes," un episodio ocasional del drama general del dolor". Todo esto se enlaza con el tema de los secretos. En la novela abundan los secretos familiares. La verdad, sin embargo, tiene la extraña cualidad de quedar siempre al descubierto.
Si hay algo que sobresalga en este libro es su protagonista. El Alcalde de Casterbridge es lo que es por el grandísimo Michael Henchard. Sólo por la escena de la venta es alguien inolvidable. Nos encontramos con un hombre que actúa por impulso, no piensa sino que hace. Además su genio es vivo; a la mínima se sulfura y su ira, contenida por una levísima capa de civismo ,sale y se refleja en sus ojos rojos:Michael es puro fuego(el Destino es carácter, como dijo Novalis, y el carácter de Farfrae era justo el contrario del de Henchard, más parecido al de Fausto, un ser vehemente y sombrío que se había apartado de los caminos de los hombres vulgares, pero sin luz suficiente para abrirse paso por una senda mejor")Nuestro alcalde, constituye una interesantísima conjunción entre bien y mal. Capaz, como dice acertadamente la contraportada de mi edición, de lo peor;su gran ambición le llevará a hacer casi cualquier cosa por mantener su posición de privilegio, incluyendo amenazas e intentos de asesinato, y, cuando su estrella comience a decaer su resentimiento será aún mayor. Pero también de lo mejor, Michael con quién es más duro es consigo mismo; él es el primero en castigarse. Además va a resarcir todo el dolor que haya podido causar. Por último, no debemos olvidar su apoyo a su familia recuperada y a Farfrae.
A continuación, el desarrollo lógico, nos lleva a hablar de Donald Farfrae. Como hemos dicho más arriba llega a Casterbridge con una mano delante y otra detrás, y al poco tiempo se ha convertido en un comerciante de éxito gracias a su inteligencia. Su forma de proceder es justo la opuesta al alcalde; siempre razona antes de llevar a cabo cualquier tipo de transacción, se guía por la lógica y no por los mitos y supersticiones con los que relacionamos a Michael Henchard. Además si identificamos a nuestro alcalde con el exceso y la violencia, Donald lo es con la mesura y la apacibilidad. A esto se une que, conforme transcurre la trama cada uno avanza hasta ser representantes del bien y del mal respectivamente. Sus físicos coadyuvan esta oposición; Henchard moreno con una fisonomía recia y dura, mientras el joven constituye el perfecto ejemplo de la apostura masculina rubia.Como observamos, no pueden ser más divergentes.Thomas Hardy construye a dos perfectos antagonistas.
Otro de los personajes que me han encantado, es Elizabeth- Jane. Es la única sin tacha. No hay nada que reprocharle, actúa siempre con rectitud y bondad. Como suele ocurrir, precisamente por esto pasa desapercibida. Los demás no la valoran como se merece. Además sufre varios desprecios por parte de quienes más estima. A lo anterior, se añade que cuando por primera vez es feliz, ésta dura poco. Lo bonito es que no se queja de sus tristezas, sino, por el contrario, saca fuerzas de flaquezas saliendo adelante. Todo esto hace que los lectores pensemos que no es justo: Elizabeth merece toda la felicidad del mundo.
Una de las mejores características de esta novela, a mi parecer, es la amalgama de sentimientos que observamos. Hay amor, celos, odio..Me gustan mucho, como creo que ya he dicho , las historias sentimentales.
El tema del matrimonio, que he observado en lecturas anteriores, aquí también aparece. Se nos presenta únicamente como una solución para otorgar respetabilidad a la mujer, A la postre es siempre la mujer cuyo nombre y fama son arrastrados.
Casterbridge, forma parte del imaginario Wessex, un anacronismo histórico medieval donde el autor situó muchas de sus novelas(concretamente Casterbridge se identifica con Dorchester). Me ha gustado mucho la descripción de este pueblo enclaustrado entre campos("está encajonado dentro de una muralla de árboles, como un jardín cuadrado rodeado de un seto de boj") y los relatos de la vida rural de la época.
Por último, esta frase para mí inenarrable:
"Que nadie me recuerde"
El Alcalde de Casterbridge(1886)
Thomas Hardy
Alba
*He acudido al Diccionario de la RAE para saber que era esta palabra .
Parece que blogger se tragó un comentario que dejé ayer. Decía que estoy totalmente de acuerdo contigo. Una muy buena crítica de una muy buena obra. Fue lo primero de Hardy que leí, tras oír comentar su principio (la venta de la esposa) en un curso de literatura que lo citaba como ejemplar. Luego he leído varios de Hardy, pero este y "Jude el Oscuro" permanecen como mis favoritos.
ResponderEliminarUn autor y una obra súper recomendables.
Saludos.
A mi hay veces que también me pasa, los misterios de blogger. Me alegra que te haya gustado mi crítica. De Hardy aún me queda para llegar a Jude. Entre mis preferidos, además de éste, Lejos del mundanal ruido.
EliminarHe leído poco de Hardy. Algún que otro relato. Me esperan en casa alguna de sus obras...pero es que es tan deprimente, que me da un poco de miedo...empecé con "Tess" y tuve que dejarlo...espero tener otra vida para seguir leyendo.
ResponderEliminarUn abrazo grande!!
A mi me pasó como a tí, empecé Tess y lo dejé por deprimente. Había oído que Hardy es más duro en sus trabajos finales, de ahí que como tenía por casa Unos Ojos Azules decidí darle una nueva oportunidad. No me defraudó, y sobre todo tras Lejos del Mundanal ruido que me encantó. De Alcalde queda poco por decir.
EliminarTengo muchas ganas de leer a Hardy de una vez: tengo en la lista de lecturas pendientes éste pero también a Tess (acabo de ver la última miniserie de la BBC y todavía estoy flotando). Hablando de adaptaciones, de El alcalde... hicieron una hace años trasladando la historia una colonía minera de la época de la Fiebre del Oro americana. La recuerdo muy bien.
ResponderEliminarBesos.
Pues te recomiendo los dos comentados:éste y Lejos del Mundanal ruido(con heroína femenina e independiente). Tess seguro que lo retomo algún díay veo alguna de sus adaptaciones(estoy deseando ver la de Natasha Kinski, no se su se escribe así). ¡Qué curioso lo de a adapatción minera! No lo sabía.
ResponderEliminarHace unos meses me llegó este libro de Alba, le tenía muchas ganas, pero después de tu magnífica (y completísima) reseña, le tengo muchísimas. ¡Qué ganas!
ResponderEliminarUn beso
Muchas gracias por tu opinión y por comentar. Me alegro de que te animes a leerla ya que es una novela magnífica. Espero que comentes si te gusta.
Eliminar