Londres, finales del siglo XIX el financiero Auguste Melmotte llega de la nada y gracias a la creación de una empresa ferroviaria alcanza fama y un prometedor futuro en política. Sin embargo, hay indicios de que algo esconde. La única voz que se le opone es el joven americano Paul Montague, quién precisamente acudió a él con la propuesta del ferrocarril. Melmotte desea emparentar con la aritocracia británica,para lo que nada mejor que casar a su hija con el hijo de algún noble. Mientras que Marie Melmotte se ha enamorado de Sir Felix Carbury, un disoluto baronet, quién soló desea el dinero que la misma puede aportar al matrimonio. El cículo lo cierra la relación amorosa de Paul y Hetta Carbury.
Gran obra coral que tiene como nexo de unión al ambiguo inversor Auguste Melmotte. Genial interpretación de David Suchet, totalmente alejado de Hercule Poirot, el personaje que le ha dado fama. Melmotte me ha parecido un personaje súmamente interesante, precisamente por esa oscuridad que lo envuelve. Nos encontramos con un hombre extranjero, rudo, con modales zafios( verle comer da un poco de asco) y bastante gritón. Además parece que ha alcanzado su actual posición de forma poco honrada. Sin embargo, como posee millones, el resto es irrelevante.
Este mercantilismo, oculto tras una capa de buenas maneras, encuentra su exponente más evidente en los matrimonio de interés. Este tema que Trollope trató en El Doctor Thorne, aquí vuelve a aparecer. De forma eso sí, diametralmente opuesta. Si en la primera nuestro héroe se veía conducido al mismo, ahora Sir Felix lo utiliza como un medio para continuar con su disoluto estilo de vida. ¡Terrible la manera en la que se burla de los sentimientos de Marie Melmotte!. La engaña haciéndole creer que la ama, mientras tiene una amante.
Toca hablar un poco de este personaje. Dandi, bebedor, jugador, apuesta lo que no tiene y luego su madre y hermana deben hacer frente a sus múltiples deudas. En definitiva, es de un egoismo absoluto, lo único importante es él, porque se lo merece todo. Mucha culpa de su comportamiento lo tiene su madre( escritora por obligación como la propia madre del autor para mantener a su familia), que lo ha mimado en exceso.Por lo tanto estupenda interpretación de Mathew Macfayden.
Como puede observarse nos encontramos con un magnífico guión, buenas actuaciones, además de una magnífica ambientación. Me han encantado los vestidos de la época con esos enormes polisones.
El Mundo en el que Vivimos(2001)
David Yates
BBC